El pasado lunes 2 de Mayo, apareció una noticia en ABC Sevilla relacionada con el desastre de la mina de Boliden de 1998, la recuperación de los daños, el corredor verde, etc...
Para todo aquel que le interese puede buscar en la hemeroteca, en cualquier buscador y empezar con el dia mencionado.
El hecho es que, casi 18 años después, parece que aún existen zonas contaminadas. Hombre claro, ¿quién es tan ingenuo para creerse que ya está todo arreglado, sin contaminación, limpio y bonito? Claro que hay quién se lo cree, yo no. Después de los millones de litros de aguas contaminadas con metales pesados que corrieron aguas abajo, por toda la llanura de inundación del río Guadiamar, no me creo que no exista contaminación aún presente. Creo conveniente recordar que el río Guadiamar desemboca en el Guadalquivir, en pleno entorno del Parque de Doñana. Es decir, el agua contaminada pasó por toda la zona del valle de Aznalcazar, a poniente del Aljarafe, donde hay cultivos, p.e. de naranjos. Luego por el parque natural de Doñana, luego desemboca en el Guadalquivir y después va al mar.
Están envenenadas las tierras inundadas directamente, las capas subsuperficiales del suelo, por eluviación y lixiviación, el lecho del río, todos los frutales y regadíos plantados en sus márgenes, el ganado que ha bebido, los flamencos que han comido los pequeños crustáceos del fondo, los caballos de los peregrinos que cruzan el Vado del Quema camino del Rocío, los sedimentos que se han depositado en los arrozales, los peces que están en el río y la desembocadura del Guadalquivir, los que se los han comido y muchos más elementos de la flora y la fauna de todo el entorno afectado. O sea, que no vendan que está todo arreglado con el Corredor Verde y ya está. Ojo, los metales pesados que entran en un organismo, se quedan en él y provocan envenenamiento,: plomo, molibdeno, mercurio, etc... Así que cuando tu caballo, en el que das un paseo por allí, empieze a beber o a comer hierba ( o nectarinas, o naranjas, o arroz ), yo me lo pensaría.
Y continúa el problema: abrimos la mina o no? Para la zona minera, es una fuente de empleo y riqueza, aún a costa de lo ya expuesto. Para la Junta una oportunidad de crecimiento económico en una zona deprimida y votos. Para el medio ambiente, un desastre.
Nos acongojamos ante desastres como el de Chernobyl o el de Fukushima, y tenemos aquí al lado, probablemente el mayor desastre ambiental del siglo XX en Andalucía.
Una vez más, la diatriba: ¿crecemos o somos sostenibles? No existe el crecimiento sostenible, no pueden ir esas dos palabras unidas, por mucho que nos lo metan hasta la garganta todos los días. Es como decir político y altruista, por no decir otra cosa. Imposible de casar.
Por cierto que de los 500 millones de euros; si, si 500; que costó lo hecho hasta ahora, lo hemos pagado todos de nuestros impuestos, los de Boliden 0€.
De momento existe el conflicto, veremos como continúa.
