Buenas tardes.
Desafortunadamente seguimos en confinamiento. He
estado esperando esta semana y pico hasta hoy, para ver como evolucionaba esto.
Han ocurrido dos
cosas trascendentales: la primera la incorporación de los niños a los paseos y
rutinas diarias exteriores, y la segunda y más reciente, las nuevas normas para
“socializar” y poder salir a la calle.
En cuanto a la
primera, he visto de todo: desde gran responsabilidad hasta una
irresponsabilidad manifiesta con los niños y los mayores, sin mascarilla, sin
guantes, haciendo de todo….
En cuanto a la
segunda, desde el sábado día 4 de mayo, lo que viene siendo un despiporre. Yo salí
a andar, llevaba sin hacerlo como ejercicio desde el día 13 de marzo, junto con
mi mujer. Nos encontramos con unas amigas de ella y sus maridos, y entre los 6
formamos los vértices de un hexágono perfecto, todos con mascarillas y
guantes. En el otro extremo, lo primero que vi en los jardines de mi barrio a 4
tíos con una litrona. No puedo generalizar, pero si el 50% obra como si no
pasara nada, dentro de 2 semanas tenemos escalada de contagios. Porque esto ha
sido un despiporre.
En cuanto a la
desescalada, las fases, todo esto es para tener a la gente ocupada y que no
pensemos otra vez en la inutilidad, el oportunismo, la incapacidad, la poca
previsión, la inexistencia de un plan de actuación más allá del día a día de
esta chusma parásita y nefasta que tenemos de políticos.
Yo sigo pensando
en la desescalada de las 170 familias que ayer tuvieron un fallecido y la poca vergüenza
de los que este fin de semana han salido en plan festivo y sin las más
elementales medidas de precaución. Un mes y medio de contención al carajo. Y los
hay de todos los pelajes.
A ver que pasa. Y no nos separemos de la visión que debemos de
tener de un Sánchez Imperator, ocupado sólo de ser el astro rey, de los
bolivarianos que ansían este “disfrute del estado de alarma” para seguir
haciendo y deshaciendo a su antojo, sin rendir cuentas absolutamente a nadie,
de los inútiles colocados por el peaje pagado al apoyo de la peor basura
política de España, y de los que no tienen vergüenza torera y viven tragando
porque no vaya a ser que le quiten la silla. Que partida de sinvergüenzas.
Y sí; soy
pesimista; el verano me lo veo sin trabajo, sin playa, y sin tantas y tantas
cosas. Y lo que tenga que venir después, vendrá. Entretanto, espero que el
calor ayude a la no propagación del puto virus y que la gente responsable o no,
seamos capaces de volver a algo lo más parecido posible; (excepto para las
decenas de miles de personas que han muerto y que “no íbamos a sufrir nada más
que algunos casos aislados (F. Simón)”; a la normalidad. No a la nueva, ni a la
que queréis que sea la nueva, sino a la que la gente que son los que van a
levantar esto quieran o puedan tener.
Veremos.