domingo, 18 de marzo de 2018

NUESTRA SEMANA SANTA II

Pues sigo. Porque hay tela por cortar desde todos los puntos de vista. Este año con 15 cambios, o 12 o 13, no se cuantos exactamente, para la seguridad del público, claro.
Es decir, vamos a limitar el aforo en determinados puntos, quitar sillas en según que sitios, poner vallas en los cruces, cerrar los bares en la madrugá, etc,etc... Es decir, vamos a hacer todo lo posible por que haya menos gente viendo las cofradías, (por su propia seguridad, claro), cuando éste es el motivo fundamental de su existencia.
Y las propias hermandades también deberían hacer una profunda reflexión. Tal vez y digo tal vez, nos estamos perdiendo en bandas de música multitudinarias con repertorios de verbena, en miles y miles de nazarenos, en venga pasos pa lante y pa tras, en cada vez más plata, más oro, más figurines, legiones de costaleros, más espectáculo que es lo que gusta y que con un cajon de fruta y tres trompetas ya tenemos una cofradía en la calle, como si un barrio sin cofradía no fuera un barrio. Me parece a mí que lo fundamental está un poco olvidado en algunos casos, Y en el otro extremo igual, cada vez más oscuro, más libreas, más detallitos que ver, más pitos, más misticismo interiorizado y exteriorizado, y fuera de contexto en muchos casos también.
Por no hablar del circo de tantos días de llueve o no llueve y salimos un poquito y ahora nos volvemos o ahora no nos volvemos y sin ningún sentido lógico aparente, teniendo en cuenta de lo que se trata.
Con esto ya han metido otro gol más.
Con el negocio de las sillas, de los palcos, todo por la pasta que a todos compra y a todos hace callar. Como luego hay para todos, Iglesia incluida, pues vamos que pa luego es tarde. Porque aquí partipan todos y con todos estos desmanes, cada vez más goles regalados. Y no se arreglan cerrando las puertas de la Catedral.
Esto es un sistema que se retroalimenta a sí mismo, cada vez más gente, más problemas, más seguridad, menos posibilidades de ver las cofradias en las calles, más gente que van a otro rollo pero ya que estamos po hacemos la botellona en el Salvador y si hay una cofradia que le den, como no puedo verlas en la calle a ve si puedo coger sillas, más dinero de por medio y ¿para que tardar en pasar una hora si con todo el espectáculo tardo dos?
Ya nos ganan por goleada. Y nos ganan los que quieren acabar con la Semana Santa, los que hacen pintadas en las iglesias, los que organizan botellonas organizadas en la madrugada en Sevilla y lo venden como atractivo turístico entre los de su cuerda, los que usan las redes sociales a la perfección como arma para organizarse y fastidiar la cosa, los que ante la pasividad de unos y el miedo de otros consiguen que en vez de la devoción prime el temor, los que amparados en la libertad de expresión sacan en procesión el coño insumiso, como muestra del respeto que debe imperar en una democracia ante los sentimientos y la manera de pensar de muchos, los que gritan viendo las cofradias porque la calle es de todos, los que convierten una entrada o una salida o un transitar de una cofradia por cualquier sitio en un acto lúdico en el que todo está permitido, lo del respeto y la educación que lo tengan conmigo no tengo yo que tenerlo con los demás, los que como yo voy a la calle San Eloy, porqué coño no voy a poder pasar con mi bici o mi moto o mis colegas por medio, si esto es una molesia que no me deja hacer lo que quiero?. Y todo con la aquiescencia, la connivencia, la indiferencia, la ñoñería, la ingenuidad y la estupidez de todos. Porque la mala leche de los que quieren acabar con la Semana Santa la tienen intacta.
La Semana Santa de hace 15 o 20 años, donde existían todos estos de mi edad que eran muy progres y echaban pestes de esto, pero te los encontrabas de cangrejero delante de un palio o incluso en la presidencia de cualquier hermandad, pero que se podía disfrutar en la calle, incluso esa de un poco más atras en las que con esfuerzo y muy cansado hablabas al día siguiente con los amigos de que había una que no pudiste ver y te cabreabas y todo, esa Semana Santa ya no existe.
La que tenemos es la que hay. Y la están matando y se está dejando morir ella sola, como tantas otras cosas en Sevilla.
Es lo que pienso y es lo que digo.
Hasta la próxima.

NUESTRA SEMANA SANTA

Estamos a una semana exacta del Domigo de Ramos y si bien no me considero nada capillita, por supuesto me gusta desde siempre y defiendo nuestras cosas, entre ellas la Semana Santa y lo que significa para una ciudad como Sevilla. Esto, como todo lo que escribo en mi blog, es mi opinión particular, mía propia y sólo mía y por lo tanto no tiene que ser compartida por nadie más.
Existe un plan orquestado y perfectamente definido para acabar con la Semana Santa.
Así es como lo siento y me intentaré explicar. Estamos viviendo una situacion que va in crescendo, con la aquiescencia y la connivencia de muchos, la indiferencia de otros y la ingenuidad de muchos más.
La aquiescencia de los que no soportan que exista gente que crea en Dios y lo manifieste, especialmente si son cristianos católicos y en España y en Sevilla. La connivencia porque no sólo están de acuerdo, sino que además permiten y alientan cualquier tipo de acto que desprecie y denigre a todo lo que tenga que ver con la religión cristiana y fundamentalmente católica. Y además son cobardes, porque no tienen lo que hay que tener para criticar ni condenar estos ataques diarios que no se dan contra otras religiones ni creencias. De estos tenemos muchos, en el Ayuntamiento, en la prensa, en la empresa sevillana, en los barrios, en las calles...
La indiferencia de los que viendo lo que pasa, no va con ellos, ellos ni salen en ninguna cofradía ni quieren tener nada que ver con esto. Pero olvidan una cosa. Al margen de que en nuestro escudo figura la "Mariana Ciudad de Sevilla", todo esto es parte de nuestra cultura y de nuestra herencia de siglos y siglos. Ojo, no hay que ser cristiano ni católico ni capillita por herencia, puesto que es algo que cualquiera puede romper en cualquier momento de su vida y por decisión propia. Pero el arte en toda sus manifestaciones que rodea a las cofradías y las Hermandades, los trabajos y oficios milenarios algunos y que perviven gracias a esto, la cocina tradicional, la moda, la música, etc... Todo esto es nuestra cultura. Y si bien considero perfectamente respetable a quién en esas fechas se vaya a la playa a disfrutar de sus vacaciones, no puede dejar que todo lo demás desaparezca. También es parte de Sevilla y si no lo respeta y hace por mantenerlo, no se puede sentir sevillano. Hay cantidad.
Y la "ingenuidad" y la ñoñería a partes iguales. Ingenuidad de los que creen que no pasa nada, que son cosas coyunturales, que ya se arreglará... Aquí, y entrecomillado, las autoridades que dicen que no hay nada orquestado y que todo es fruto de la ansiedad y de la psicosis de la masa. Y de los que se lo creen, vamos. Y la ñoñería de los que van y se refugian delante de una imagen o de una parla erudita y satisfechos de sí mismos, a otra cosa mariposa. Y de estos, también hay tela.
¿Y lo del plan orquestado?
Si, lo hay. Y orquestado por esta nueva hornada, que al amparo de la situación que todos sufrimos desde hace años, van contra todo y contra todos. Y los desprecian, sin ver que son tan listos como los demás. Y que tienen un plan preconcebido para que la Semana Santa desaparezca como tal, empezando por pequeñas cosas como por ejemplo vamos a liar una tangana a ver que pasa. Con la repercusión de los medios de comunicación, ahora vamos a organizarla más gorda que con la aquiescencia, la connivencia, la indiferencia, la ñoñería, la ingenuidad y la estupidez colectiva ya tenemos medio partido ganado. Y al final van ganando. Me lo pinten como  lo pinten. Luego sigo, que si algo tengo, es que condensar mis pensamientos en la palabra no es lo mío.

2018

Ya casi en el día del padre y sin publicar nada este año. Lo siento, pero no he tenido ni ganas ni animo para escribir nada aunque evidentemente han pasado muchas cosas. Después de Navidad y Reyes, los días pasan volando y ya casi estamos en primavera. Como cosa importante la "emancipación" de mi hijo mayor. Entre comillas porque está compartiendo piso con un amigo de toda la vida, pero vamos que viene a comer todos los días, trae la ropa sucia a casa, etc... Pero bueno es muy cerquita de casa y nos vemos todos los días. En cuanto al pequeño, ahí sigue con su barco y sus temas, pero lo importante es que estamos todos bien. Mi mujer con sus cosas y sobre todo con la abuela Julia que está regular. Y en el trabajo, para este año cambios para mal, que hacen que esté bastante cabreado con algunas decisiones comerciales de las empresas para las que trabajo, pero es lo que hay. Veremos como se desarrolla el año, aunque no hay muy buenas perspectivas. En fin que como entrada de año no es para enmarcarla, y el lado oscuro es un poco más oscuro cada vez. En el lado de la Luz, estoy aprendiendo un montón con mi guitarra, algún día colgaré algo, Isa sigue con su curso de maquillaje y nuestras familias y amigos siguen con nosotros. Y lo digo aquí en este lado, porque nuestros amigos son parte importante de nuestra fuerza vital y tenemos que estar con ellos y especialmente con Carlota y con Jose Ignacio. Tienen que salir adelante por ellos y por todos nosotros y ha llegado el momento de que realmente veamos donde estamos cada uno. Y para tomar aire y despejarnos un poco hemos aprovechado los 3 días que teníamos desde Reyes para volver a Roma y bien aprovechados que han sido.