Buenas tardes. Hoy hace un mes y un día que estamos confinados. La verdad
es que creo que todos debemos hacer una profunda reflexión de lo que nos ha
pasado, cómo ha pasado y que parece que va a pasar.
Lo que ha pasado,
lamentablemente, que en esta España del siglo XXI y cuarto casi, moderna,
progresista, súper democrática, y todas esas cosas, hay ya más de 18.000
personas que han fallecido. Increíble. El 11 M murieron en Madrid casi 200
personas y fue una tragedia. El 11 S en
Nueva York, murieron más de 2.000 personas y fue una tragedia. ETA ha asesinado
en España a más de 2.000 personas y entre otras cosas es otra tragedia. Lo del
COVID 19 en España, no es una tragedia, es un castigo bíblico. La tasa de
fallecidos es del 10% de los casos contagiados positivos. Uno de cada diez. Sin
contar las personas que han muerto en las residencias de ancianos y no están
contadas en muchos casos. Aunque, claro, como los positivos son sólo aquellos
que se le hace el test, los que no se le han hecho y lo han pasado en casa no
se cuentan. Yo digo que más de 6 millones de personas en España, y creo que al
final se sabrá. Y espero que este dato no sea usado por ninguna basura política
para bajar la tasa de mortalidad.
Lo que ha pasado, es que hemos tenido la
constatación de lo que muchos ya denunciamos desde siempre: tenemos a unos
inútiles de políticos, que sólo están para vivir como los nuevos ricos, la
nueva nobleza y al que el resto del mundo le importa un carajo. Un mundo de
mierda y miseria moral que se retroalimenta por sí mismo para justificar y
justificarse por su existencia. Que, para tomar decisiones, gestionar, en definitiva,
gobernar, hay que estar preparados, tener conciencia y sobre todo saber y tener
claro para que estás ahí. Por eso toda esta chusma debe desaparecer de la faz
de la Tierra con el rabo entre las piernas y que no se les vuelva a ver nunca
su puta cara.
Lo que ha pasado es que somos la gente normal y
corriente los que al final salvamos esto, muriendo como siempre, trabajando
hasta la extenuación, sin medios, sin incentivos, sin saberse respaldados por
arriba en la mayoría de los casos, sólo por vergüenza torera, por competencia y
capacitación a costa de nuestro esfuerzo, por voluntad propia, por echarle
cojones a la vida cuando ya no se puede hacer otra cosa, por admitir la derrota
del confinamiento y aceptarla y llevarla adelante con una disposición y una
voluntad titánica. Lo que ha pasado es que los sanitarios, los transportistas,
los cuidadores, los dependientes, los repartidores, los de la radio, los policías,
los militares, los farmacéuticos y la inmensa mayoría de la gente han sacado
todo lo bueno que tiene y que es mucho, para vergüenza y escarnio de las
inmundicias políticas y de los que hablan con la voz de su amo y que presumían
de tenerlo todo controlado.
Lo que ha pasado es que también está la otra cara
de la moneda, somos españoles, todavía hoy hay muchísima gente que baja a
comprar sin guantes, sin mascarillas, se pasa por el arco del triunfo el confinamiento,
las normas y hace lo que le parece. Serán hijos de puta. Y encima te miran
altaneros si tu sólo bajas a por pan o a ver si tus padres necesitan algo para
que ellos no bajen.
¿cómo ha pasado? Pues ha pasado. ¿Cómo frenas una
inundación teniendo sólo una ramita? Porque es lo que hemos tenido: falta de
previsión, poca visión de futuro, poca capacidad, desinformación, mentiras,
improvisación, descoordinación, inoperancia, y mucha mala leche y mucha bajeza
moral. Porque hay que ser muy hijo de puta para convocar y alentar la
asistencia a manifestaciones, sabiendo lo que tenemos y llevando a tu madre, a
tu mujer, a tu pareja, viendo lo que hay en Italia y condenando a muerte a
muchas personas. O convocar mítines o a todas estas cosas que llevamos viendo
desde enero. ¿Qué cómo ha pasado? Pues porque esto es España.
Lo que parece que va a pasar, creo que ni el más pesimista
lo ve claro. ¿Cómo haces que empiecen a trabajar algunos, sin que haya pruebas
en muchísimos sitios para ver si están contagiados o no, improvisando según te
venga en gana y en los sitios que te venga en gana? ¿cómo hay en una obra
almorzando siete personas sin ninguna protección y sin saber si sí o si no? Si me
preguntas a mí, diría que, dentro de tres semanas, otro repunte de infecciones.
El resto de lo que va a pasar, pues está claro. Quién
no quiera verlo es porque es muy torpe o muy miserable. Yo ya estoy muerto y
por eso lo distingo con claridad. Lo que no sé si cuando en el mes de agosto
sin turistas, sin trabajo, con 6 millones de parados, sin autónomos, sin
dinero, sin playa, sin vacaciones, la gente empezará a darse cuenta de lo que
se nos ha venido encima.
Me parece a mí que este blog va a estar hablando
del virus y sus efectos durante un rato muy largo.
Lo que desde luego no voy a consentir, ni voy a ser
cómplice, es a caer en el olvido de todas las cosas que esta gentuza ha hecho,
está haciendo y va a hacer. No pienso callarme ni una, ni por supuesto permitir
que se mire para otro lado o se mienta. Porque eso es lo que los putos
políticos están empezando a hacer ya y algunos no han dejado de hacerlo.
En fin…