jueves, 2 de abril de 2020

EL FRENTE DEL OTRO APOCALIPSIS QUE SE AVECINA


Buenos días. Hoy jueves día 2 de abril llevamos ya 20 días de confinamiento. Gracias a Dios ninguno nos hemos contagiado. Seguimos en casa confinados, haciendo lo que se nos ha pedido. Ahora muchos héroes más van saliendo a la luz aparte de los sabidos: los camioneros, los taxistas, los farmacéuticos, los supermercados, cada vez más y más gente, junto con los otros héroes que mantienen su reclusión para contribuir contra el virus. Como mi mujer, que sigue asistiendo a su madre, llevando la mayor parte del peso, como siempre. Hoy le han diagnosticado neumonía a la pobre, con 90 años y con la que está cayendo. Esperemos que sea capaz de tirar palante en casa y no tenga que ir a urgencias, porque ahí el panorama sí que es oscuro. Como siempre será lo que Dios quiera.            
                De las reformas legisladas, yo como autónomo creo que no puedo acogerme a ninguna, mi hijo mayor es autónomo y lleva sin trabajar desde el día 13 de marzo. Mi mujer es pensionista y mi hijo el pequeño, aunque vive en su residencia o en un piso alquilado con su novia hasta febrero, ahora está en casa, con lo cual como la renta está ajustada al IPREM, pues teóricamente mi hijo es renta familiar, aunque realmente no contribuya y esté ahorrando para comprar un piso y también tiene sus pagos. Es igual.
                Realmente viendo esto diariamente, creo que ya estoy muerto. Al menos económicamente muerto. Sin facturar nada desde enero, con todos los gastos al mes, estamos como estamos hasta el cuello y sin ingresos. Ya estoy muerto. Con 53 años, autónomo, comercial y viendo lo que hay y lo que viene. El panorama es desolador y cada vez el agujero negro es más grande y tira más hacia la oscuridad.
                Hoy han dado las cifras del paro, de la seguridad social. Para morirse directamente. La crisis económica y social que tenemos de aquí a un mes es apocalíptica. Nadie en España se ha enfrentado a algo igual desde la guerra. Y los que nos tienen que sacar de ésta, o al menos en la parte que compete al estado, son de risa. Pero es lo que tenemos y lo que nos merecemos, para eso votamos, ¿no?
                La crisis será terrible, y después, los funcionarios podrán volver a su puesto de trabajo y seguirán cobrando, los que tengan la suerte de tener un trabajo y poder mantenerlo, podrán vivir. Los jubilados y pensionistas podrán cobrar de momento su pensión. El resto estamos muertos. Los parásitos que tenemos en la política seguro que se las apañan. No tengo ni ganas de decir lo que ya he repetido de lo que pienso de ellos.
                Ya no tengo miedo, ni incertidumbre, lo que tenga que venir, vendrá. Y va a venir. Lo que me invade es una profunda desesperanza. Es lo que los políticos nos han robado, la esperanza. Es la imposibilidad de respirar cuando el agua ya te ha cubierto la cabeza. Mi esperanza es cero. Lo he intentado y me doy por vencido. Se acabó.
                O no.
                Porque aun viendo la cantidad de sinvergüenzas que hay en esta España de rateros en la que vivimos, se ve lo mejor de nosotros y de cada uno, y la fuerza y las ganas de vivir, la solidaridad de verdad, la de cosas que hay que hacer y qué ver. La de cosas que podemos hacer por los demás, por la familia, por los amigos.              
                Así que, otra vez arriba, estudiando, preparando para trabajar cuando se pueda, para poder seguir pagando, pero viviendo y para disfrutar en cada uno de los momentos que se pueda, sin parar y siempre mirando adelante.
                No queda otra.
Por eso hoy, como ayer y el otro y el otro, el virus maldito es el que al final nos va a acabar poniendo a cada uno en nuestro sitio. Qué paradoja, ¿no? Que una cosa tan pequeña cause un daño tan grande al culmen de la creación y al dominador del mundo.
Mañana veremos que tal el día de hoy….

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